Y su trabajo es ser relativamente amables; no es necesario el coqueteo, pero si mientras el payo da la brasa se bebe tres copas, mejor a que se beba una. De ahí a que te la puedas hacer, media un abismo. Si le gustas a cinco en el bar, vas a tirarte un ratejo hablando con ellas sí o sí, cosa que no ocurre normalmente cuando eres cliente. El problema es que muchas veces, sencillamente no quieres hablar con ellas, porque no tienes tiempo, y por majas y frescas que sean, son un elemento de distracción a la hora de hacer tu trabajo. Lo que en un día normal es una alegría, cuando eres camarero es un fastidio. De todos modos, la verdad es que era un curro que me gustaba, muy bueno para la autoestima. Y de no haber estado con piba en ese momento, le habría sacado bastante partido. Pero cuando haces caja y te vas para casa, eres el mismo de siempre. Las tías de las que has pasado en el bar por estar liado con cincuenta mil cosas vuelven a ser una alegría y un misterio.
Casi siempre se las humilla o se las idealiza. Muchos creen que se trata de una explotación imperdonable y discuten sobre quién tiene la culpa y cómo castigarlo. Dentro de los movimientos feministas, la división es tan grande como en el resto de la academia. Patriarcado para unos, empoderamiento y independencia de los yugos tradicionales para otros. Hay una serie de recomendaciones que todos los especialistas proponen para lograr este objetivo: Comunicación: una buena comunicación incluye también la acción sexual. Mantener una actitud activa: hay personas que mantienen una actitud de pasividad y esperan que sea la pareja quien tome la iniciativa. Los dos han de mostrarse activos, aun compitiendo para ver quien sorprende a quien.
Somos una pareja de Puebla, México. Desde hace algunos años le he venido proponiendo a mi esposa que hagamos un trío o que ella goce con otro hombre, siendo yo testigo. Al principio se rehusaba, aunque yo nunca noté que realmente le molestara mi propuesta.
